La romántica boda de Francesca Macri: coronó su historia de amor con Lucas Ayerza

Después de cinco años y medio de novios, se casaron en el exclusivo Buenos Aires Golf Club, fundado por Gianfranco Macri, padre de la novia; Franco, el patriarca de la familia, tampocó faltó a la fiesta

Cinco años y medio atrás, en Nueva York, el flechazo fue inmediato. Los presentó una amiga en común, cuando ella estaba estudiando en la Parsons y él paseaba con amigos. Ya de vuelta en Buenos Aires, nunca más se separaron. El pasado sábado, la diseñadora de moda y sobrina del presidente de la Nación, Francesca Macri (25), se casó con Lucas Ayerza (29, ingeniero) en el lugar más especial que podía imaginar: el Buenos Aires Golf, el exclusivo club de Bella Vista que fundó y preside su padre, Gianfranco –el tercero de los hijos de Franco y Alicia Blanco Villegas–, presidente, además, del directorio del Grupo Socma. “Siempre soñé con casarme ahí porque tiene un significado muy especial para mí: lo hizo papá, y es su gran orgullo, y el arquitecto fue mi tío, Cristian Badessich. Además, no hay lugar más lindo. Por suerte Lucas estuvo de acuerdo desde el primer momento”, le contó a ¡Hola! Francesca.

Cerca de las 14, la novia se empezó a preparar en la casa familiar, donde vivió de chica. Acompañada por su mamá, Eliane Badessich, sus hermanas Gianinna (27) y Tania (22), y dos primas, se puso en manos de dos grandes amigas, Damasia Britos y Vicky Brea, que se ocuparon de peinarla y maquillarla. Fue un rato de mujeres, de risas, y de ciertos nervios porque las nubes negras y la tormenta avanzaban. Finalmente, el cielo quedó limpio y pudieron hacer las fotos para el álbum familiar en el jardín, preparado especialmente para la ocasión por la mamá de la novia. “Es una gran paisajista, cambió todas las rosas y plantó muchas flores nuevas. Quedó increíble”, aseguró “Franchu”, como la llaman las amigas.
UNA NOCHE DE AZUL

Según cuentan los amigos de la novia, si hay algo que la caracteriza es que es muy detallista: a pesar de las corridas y el estrés que implica casarse, junto a su socia en la marca 917, Victoria Achaval, y con María Ayerza, ideó su traje. También se involucró en el diseño de los vestidos azules y diferentes, que llevaron sus damas de honor, todas amigas del colegio Moorlands (clásico y elegante, era el color perfecto para acompañarla, resumió Vicky), y se animó a empujar más allá el espíritu creativo. Con la ayuda de la wedding planner Eloísa Lagos y la ambientación y la coordinación de Mercedes Courreges, eligió que la ceremonia religiosa empezara a las 17.30, cuando el sol caía. Supervisó todo junto con Lucas, que también estuvo muy involucrado en la organización. Se montaron dos carpas donde se celebró la recepción para 660 invitados. Antes de sentarse a comer el risotto que le habían pedido especialmente a los hermanos Petersen –es el plato preferido del novio– ya sabían que la fiesta era un éxito: sobraban la buena onda, los abrazos, los buenos deseos y las caras de sorpresa de los invitados que estaban encantados con cada detalle pensado para ellos. Por ejemplo, las amigas de ella, al llegar a la barra, tenían listos vasos personalizados y, además, para que nadie hiciera fila, había botellas con tragos listos. Armaron una cabina de fotos para que cada uno se las llevara de recuerdo y en las mesas había cajas de chocolates y un hangover kit, con analgésicos, mentas y una botella de agua por si alguno brindaba de más.
EL PRESIDENTE, ENTRE LOS INVITADOS

Sin dudas, el invitado que más expectativa generaba era el tío de la novia, el presidente de la Nación, Mauricio Macri. A pesar de sus múltiples compromisos, se hizo espacio para celebrar con su sobrina su gran día. Acompañado por su mujer, Juliana Awada, y por todos sus hijos, llegó en auto a las 20.45, tal como estaba estipulado. Lo primero que hizo fue acercarse a darle un abrazo a los recién casados y después felicitó a su hermano y a su cuñada Eliane. De muy buen humor, se mostró accesible con quienes se acercaban a saludarlo. Y, aunque no bailó el vals, se animó a salir a la pista un rato con la música que pasaron Martín Bernardo y Puli Demaría, de Grupo Sarapura. Después, salió a ver el espectáculo de fuegos artificiales y se fue temprano. Ya cuando la fiesta estaba a punto de ser historia, los novios recordaron con sus amigos anécdotas del Civil, que fue el viernes 11, en la calle Uruguay, y que también tuvo festejo, pero en Martindale. Ese día, por parte de la novia, firmaron Victoria Brea, Ana Campomar, Luján Piano, Valeria Marimon y Agustina Foned. Por parte de él, lo hicieron Luis González Guerrico, Lucas Balbiani, Ramón Escuti y Juan Martín Fornaguera Sempe. “Con Lucas nos sentimos plenamente felices”, concluyó Francesca, que ya sueña con su luna de miel en Europa.

Texto: Lucía Olivera, con la colaboración de Paula Galloni

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