Mientras en el Juzgado de Instrucción 1, a cargo del juez Javier De Gamas Soler, el deportista Marcos Martínez debe afrontar una causa por homicidio en grado de tentativa; en Río Grande aún no se define si el hecho violento que protagonizó en un avión de Aerolíneas Argentinas quedará en competencia del Juzgado Federal o será tramitado en el fuero provincial.
Sucede que el incidente que Martínez protagonizó en el avión, cuando este carreteaba en la pista para despegar con destino a Buenos Aires, fue primero tramitado por un Juez de Instrucción del Juzgado Provincia, por violencia de género, quien se declaró incompetente porque el hecho sucedió en un aeropuerto.
La decisión del juez Daniel Cesari, sobre el suceso ocurrido en el vuelo 2849 de Aerolíneas Argentinas, de dejar en libertad a Marcos Antonio Jesús Martínez luego de haber agredido a la mujer que lo acompañaba en el avión; es un elemento cuestionable en virtud que horas más tarde la víctima casi pierde la vida, en el hecho sucedido en un hotel de la ciudad de Ushuaia.
El Juez entendió que no correspondía detener a Martínez porque su pareja no quiso instar acción penal. De todas maneras, se tomaron testimonios de personas que vieron el incidente para dar inicio a la causa por violencia de género, entre quienes estaban incluso los tripulantes de Aerolíneas Argentinas.
Frente a lo decidido por el doctor Cesari Hernández, es evidente que los Tribunales de Tierra del Fuego carecen de un protocolo adecuado para evitar que hechos de violencia en la pareja terminen después en algo más grave que lamentar, tal como el caso de femicidio sucedido en Tolhuin, con el asesinato de Nilda Nuñez; o el más reciente, que le costó la vida a Estela Noemí Juárez.
En los dos casos de las mujeres víctimas de femicidio, Nuñez y Suárez, quedó probado que había circunstancias de que las mujeres eran víctimas de violencia, hostigadas por sus parejas y que vivían relaciones tóxicas.
A pesar de estos dos graves antecedentes, desde la Justicia fueguina no aparece una reacción adecuada. Quedan lagunas legales que parecen favorecer a los violentos. Así se desprende del caso protagonizado por Marcos Martínez, que agredió a su pareja en el hotel, a pocas horas de haber hecho lo mismo en un avión.
Por el momento, lo más acertado y adecuado fue adoptado, un poco tarde, por la jueza federal de Río Garnde, Mariel Borruto, quien determinó medidas de restricción de acercamiento y contacto del deportista a su pareja, a pesar que ésta última sigue negando ser víctima de violencia de género.
De haber existido esa medida de restricción tras el hecho sucedido en el aeropuerto de Río Grande, hoy no se estaría hablando de una tentativa de homicidio de una mujer que parece vulnerable frente al comportamiento del reconocido pesista de Río Grande, que hace poco recibió la mayor distinción que otorga la Municipalidad a quienes se destacan en el deporte.
Sin condena
Marcos Martínez tiene un antecedente de ser una persona violenta y por ello se le inicio una causa en diciembre de 2014 cuando provocó lesiones a otras personas en una pelea. Esta vez las víctimas fueron hombres.
Todo terminó en un proceso de juicio a prueba, por el cual cumplió como condena tareas comunitarias, a cambio que el hecho no le genera un antecedente penal.
Fuente: Diariofindelmundo